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Invierno

Supongo que el invierno no es bueno para muchos, que el frío cala sus corazones y sus almas, y el cansancio les pesa el doble en los hombros. En mi caso el invierno me helaba los miedos, echaba atrás a mis demonios y me acariciaba las costillas todas las noches. Ese invierno del que os hablo se personificó en el que me hacía cafés con doble de azúcar, el que me tapaba los pies cuando soñaba con huracanes, y el que me despeinaba las mañanas con tan solo mirarme a los ojos. Ese invierno del que os hablo llegó y desbordó de lluvia mis mares, yo como una niña jugaba a acariciarle las venas de las manos y a sentir que podía nadar en ellas. Me adornó de pequeñas luces la silueta, me abrigó las inseguridades, y poco a poco, le hice amar la lluvia. El viento que cruje dentro de mi, me llena, y me acaricia.
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Grandes esperanzas

Como el cigarro después de follar y fallar. Como cuando me acaricias los tatuajes y me miras, queriendo entrar en todos mis rincones, en todas mis heridas, y en todos mis precipicios. Jamás nos curábamos juntos, pero nos destruiamos de la mano y dicen que el sufrimiento  -al igual que los vicios- compartidos se llevan mejor. Como cuando me desabrochas el sujetador conociendo todas mis costuras. Sonríes y haces que mi alma vibre, que mi aliento falte,  y que mi mirada te engulla. Como cuando me siento pájaro volando en tu pecho, en tu almohada y en tus sábanas, buscando siempre un pedacito de tu cielo. Como quererte un sábado por la noche, o un miércoles por la mañana. Como quererte  a secas, más que a mil lluvias.

La letra más bonita del abecedario

Hoy he encontrado tiempo para mi, como solías decirme que hiciera. Y adivina qué, estoy pensando en ti. Aquí solo huele a colillas  muertas en el cenicero. A café recién hecho y a tu perfume, -y ni siquiera has estado aquí-. Sé que te habrán escrito mil poemas, de noche o de día, recitados o guardados en cajones; pero aún así quiero que (me) leas. A susurros con voz dulce y suave, y que cuando termines, cierres los ojos. Que los aprietes tan fuerte, que puedas sentirme a tu lado cogiéndote la mano y sabiendo, que jamás estarás sola. Para ti, H : Como H ,  no suenas, ni explotas, ni cantas, ni te expresas. Como H , no ríes, no lloras, no te quejas. Como H , jamás sabremos que es lo que escondes. Bueno, ilusos. Todos menos yo. Te conozco y te conocía a la perfección. Esa manía tuya de querer sentirte libre, de querer escribir un libro y que te leyesen, que entrase

Ya no

Ya no tiene sentido escribir por las noches ni destapar una Heineken de madrugada, tampoco fumar por las tardes, ni sonreír por las mañanas. De qué me sirve escribir, si el único motivo y línea por línea  llevaban tu nombre, -y hasta todas tus huellas-. De qué consuela, beber cerveza cuando ya no hay compañías  que la hagan menos amarga. Dime de qué me sirve, inhalar un Malboro por las tardes, cuando ni siquiera te tengo  para hacerlo a mitades. Sonreír dices, y qué es eso si cada vez que te pienso  es un verso más, y un beso menos. La luz del túnel es tenue, pero no oscura. Y tengo ganas de salir del pozo en el que me metí yo solita al conocerte. O, al creer conocerte.

Hace frío ahí fuera

Me arruinas sin gastar ni un céntimo de mi cartera, me matas sin necesidad de gastar ninguna bala, y me quemas como mechero a cigarro impaciente. Estoy sentada aquí en medio de la nada,  en un tejado roto sin gatos maullando , solo mi sombra me sigue, el tabaco traicionero me acompaña  pero  consigue matarme a la vez . Caigo y vuelvo, pienso en ti y en tu camisa y en las veces que adoraba quitártela . Para que engañarnos, la noche se presenta muy solitaria y adornarla con tu recuerdo nunca fue mala idea. El humo entra lento por mis pulmones, yo de mientras me recuesto, de golpe un frío aire recorre mi espalda y maldigo mi suerte y a la vida, por no tener suficiente con quitarme tu presencia y helarme por dentro y también por fuera .

Te dejo mis piernas esta noche

Esa noche dormías en mis piernas , nunca las sentí tan felices. Notaba tu respiración, tan lenta, tan tuya . Cosquillas gracias a tu barba  mal afeitada y un puñado de pulsaciones matándome a nervios. A partir de ese día, te conocí a la perfección. Gracias a mi máster de observación  hacia tu espalda y tus costillas. Cual de todas ellas mi favorita . Tus brazos eran el mejor lugar para vivir, o para morir, cualquiera de las dos opciones me entusiasmaba. Y puede que mañana despiertes, puede que te vistas rápido y te vayas, o puede que te quedes cinco minutos más mirándome como un crío. Puede que mañana me quieras un poquito más, o más, a secas .

Carreteras y luces de neón

Puedes susurrarle a mi quinta costilla  que quieres posar tus dedos en ella , pedirle permiso a mis sábanas, para colarte entre ellas y dejarte ser . Dime que me quieres, o algo no tan cursi, que soy el vicio en tu vida que no te mata , que solo te consumo lentamente sin dañarte. Atrévete y nos vamos lejos muy lejos, hagamos que la carretera se nos haga pequeña en compañía de tus CD's de Oasis, con el humo de tus cigarros Lucky Strike  asomándose por la ventanilla . Déjate conducir como nuestro viaje, sin dirección ni tiempo. Paremos en algún motel de carretera , en algún café con luces neón y camareras que no sonríen. Paremos en cualquier bar con cantantes invitados, dejémonos mezclar entre la multitud, solo esta noche. Yo pongo los cigarros, tú pon la música, los dos ponemos lo que falte . Que el miedo no nos paralice, que nos haga despertar.